martes, 13 de noviembre de 2007

Brilla Palermo... Brilla!

Barcitos brillando... las fotos!


From: LanAlhue





Fotos de algunos restaurantes y bares del barrio porteño de Palermo.
Pasando por Rave, Acabar, Dashi y Te mataré Ramirez.


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Por cierto... La encuesta anterior fue hecha mediante:



¿Brillar o no brillar?

Como prometimos, acá está la encuesta que queriamos hacer, les pedimos que piensen y respondan tomandose su tiempo. En el próximo up subiremos las fotos de algunos de los lugares particulares de este barrio.

lunes, 12 de noviembre de 2007

No es que tengamos que dejar de brillar...

¿Pero qué es lo que este capitalismo de ficción quiere disfrazar con sus locales vistosos? Qué es lo que trata de esconder tras la propuesta de la superficialidad, la trivialidad, el juego y la evasión? Evidentemente esconde su cara menos glamorosa, esconde exclusión, pobreza, discriminación, ignorancia, indiferencia, esto se ha dicho hasta el cansancio… Y además se arriba a ello no solo teóricamente como evidencia de los oxímoron del capitalismo, sino que lo advierte la cotidianeidad, y en muchos casos la experiencia visceral. “La lucha contra los más débiles puede realizarse sólo a base de maratones y de vigorosos conciertos de rock, mientras la batalla en pos de los desarrapados se apoya permanentemente en la subasta de abrigos de actrices”… hay que cumplir el sueño de los soñadores de Showmatch.
Lo interesante entonces sería pensar como hacer para reflexionar sobre estas ficciones en la medida en que ellas son a su vez constituyentes de nuestra vida. Es una objetivación un tanto compleja, cuando no imposible según el desfile de teorías y epistemologías varias. Por otra parte, escapar es imposible. Estamos atravesados por esta lógica, somos mediadores pero también mediados por ella en la red de actactes que se despliega ad infinitum. Los discursos en los cuales participamos, portadores y a la vez productores de sentido, construyen la realidad, y hablamos de construcción no de representación. Por tanto, somos nosotros mismos los que construimos esas ficciones y es a través de ellas que organizamos nuestras vidas. Frente a este panorama lo mejor que podemos hacer es perder la ingenuidad y desnaturalizar tendencias.
Palermo brilla, pero detrás de él, dentro de él y alrededor de él hay espacios a oscuras. Sus propuestas invitan a la superficialidad a la trivialidad, al entretenimiento que distrae y nos aleja de las cosas “feas, incómodas dolorosas” pero que por tales no son menos dignas de atención, por el contrario piden a gritos un poco más de atención y compromiso.
Nuestra idea no es satanizar el ocio, la diversión, la distensión, la comodidad. La idea no sería un altruismo prohibitorio, un sectarismo denunciante de los horrores capitalistas que nos dominan y nos someten. Ese cuentito extremista solo logra opacar las relaciones más complejas que caracterizan a la red social. Simplemente proponemos agudizar un poco la vista y entrenarnos con las herramientas que nos permiten elegir, aun que sea, el mal menor.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Capitalismo de ficción... Palermo ¡shine!

Palermo es una ciudad modelo del capitalismo de ficción; en ella confluyen, se fusionan, se potencian y se renegocian constantemente como es propio de nuestro tiempo; las más excitantes y actualizadas experiencias que distinguen a sus habitués como custodios de los secretos del chic.

Vicente Verdú en Estilos del mundo nos habla un poco de estas ficciones, no sin antes situarnos bajo las égidas del mundo y el pensamiento posmodernos. Sin descanso, página tras páginas nos somete a un catálogo de naturalizadas ficciones que impregnan nuestras vidas, hasta que al fin el lector se descompone en considerables grados de inquietante paranoia... No vamos a reproducir aquí tal exquisito martirio pero si vamos a poner a prueba las aseveraciones del tal Verdú y para eso no tenemos que viajar por el mundo, para los porteños el ejemplo esta al alcance de los 0,80 ctvos.

En capitalismo de ficción al cual asistimos todos y cada de unos de nuestros días ha planteado nuevas formas de distinción, pero no ya a la manera de la vieja escuela, en donde lo clásico era símbolo status y la acumulación de marcas tradicionales fundadas en el peso del ayer eran índice de acceso a los círculos cerrados. Las elites argentinas por ejemplo, han conservado hasta finales del siglo pasado, ritos privados, amistades discretas, lugares alejados de los centros donde pululaba la clase media. Sus casas eran un misterio de cortinas corridas, sus conversaciones códigos de clase. Su comunicación, fuertemente selectiva...

Pero en las vísperas del nuevo milenio los cambios estructurales que los centros del capitalismo empezaron a introducir en sus sociedades, también llegaron a la periferia, tarde, pero seguro.

Antes no solo había que parecer pudiente, sino que además era necesario apoyarse en propiedades, casas de fin de semana, autos distinguidos, ropa a medida, joyas de buena casa. Así afirma por ejemplo Juan José Sebreli en Buenos Aires, vida cotidiana y alienación - seguido de Buenos Aires, ciudad en crisis (2004) . Sin embargo, hoy toda esa solidez de base, no se necesita. Basta con pasearse muy complaciente, tecnología a la vista (celular, notebook, palm, mp4) por alguno de los restó temáticos, exóticos, lúdicos, en donde lo último en importancia parecería ser alimentarse, comentando las últimas producciones del under, el nuevo showroom de la marca más celebrada y claro está las nuevas actualizaciones del videojuego que reúne a los grandes amigos. Y en Palermo todo eso tiene un espacio privilegiado. Ahí uno puede encontrar locales capaces de vender no solo accesorios y zapatos sino también perfiles, filosofías de vida, modos de encarar el mundo. Verdú dice que el capitalismo de ficción tiende a la superposición, al collage…

Palermo es un barrio polisémico, claro está, pero en la exaltación virulenta de las diferencias, que el capitalismo “tolerante” juega a admitir y promover como escaparates exóticos a fin de recaudar, produce muchas veces no solo esa desterritorialización, sino que junto con ello un terrible desarraigo enrolado en la tendencia universal a la homologación. Porque en ese traslado-oferta de elementos “típicos” de otros lugares del mundo no se respetan todos los valores que los distinguen sino que se seleccionan los funcionales al marketing y se occidentalizan a fin de ser consumidos masivamente, para cerrar el combo: se introducen los detalles locales… y finalmente la fórmula tiene éxito. La ciudad se reconstruye como un espacio teatral, el show es su negocio. El entretenimiento se traslada a lugares que tradicionalmente eran espacios en donde se realizaban otras prácticas sociales. Ahora la ciudad se reacomoda, se organiza en función de las demandas de la clientela. Y gracias a estar entretenidos somos clientes felices. Veamos algunos ejemplos después de tantas teorías. La web palermonline propone 25 cocinas distintas, más arte, más atracciones infantiles, más moda, diseño y arquitectura, más turismo, todo, todo en la misma ciudad. Vidrieras y galerias online, se puede pasear por Palermo-viejo.com. Así escriben sus vecinos “El estilo en el design, es parte de la particular creatividad de nuestro barrio, aquí exponemos Ideas, objetos y productos que nos hacen compartir esa onda en nuestro día a día…”Así venden sus perfiles las casas de moda: “Jesús Fernández es mucho más que un nombre propio. Es lencería y corsetería. Es vintage. Es moderno. Es encajes, puntillas, sedas y satenes. Actitud, belleza y feminidad. Es glamour, por dentro y por fuera…” Casa Sana que tiene 90 años y esta completamente restaurada, tenemos el taller en el fondo, un baño muy lindo, cocina, un living, en fin, una casa. “Se siente como la casa de una amigo, comprás de otra forma”. Y ni hablar de Harapos Reales, nada más sugerente…

Palermoelectrónico.com.ar le dedica su atención a Mine Hotel boutique Una nueva idea de hotel, de novedoso diseño y enfocado a la excelencia del servicio, donde la estética, vanguardia y tecnología se unen con un estilo cálido de atención personalizada, abrirá sus puertas próximamente en el barrio porteño de Palermo Soho. Inspirado en un pequeño hotel de Saint Barth, Mine nace de un concepto familiar que busca hacer sentir a los turistas como en su propia casa. La decoración casi hogareña y la atención cálida y personalizada son virtudes que lo diferenciarán de los grandes hoteles… Y aquí vamos con el american slow…

Y no nos olvidemos de bares y restaurantes: livings privados, donde uno puede hacer un alquiler de un living súper armado de sillones. Luz natural, sombras, comodidad, niveles, estilos, librería, cine, discos, música, variedad y una barra muy especial, en Un Gallo para Esculapio. Acabar con sus juegos, Te mataré Ramírez y sus afrodisíacos.

Mientras tanto así escribe Clarín de estos fenómenos bajo la rótula Tendencias: “La gastronomía se ha instalado en Buenos Aires como otra de las bellas artes. Excentricidades y exclusivismo renuevan la comida y abren un mundo de hallazgos como también de falsificaciones cuando un nombre extravagante esconde un bife con ensalada. Pero no hay duda de que se ha ingresado a una nueva cultura…” “… La profusión de locales dedicados a la venta de insumos y accesorios, condimentos, vinerías, artículos de cocina sofisticados, es un negocio que no detiene su marcha…"

Próximamente: fotos, encuesta y más reflexiones sobre este Palermo tan brillante que tenemos...